CÓMO EVITAR LAS RECAÍDAS
La palabra adicto procede del término latino «addictus», que literalmente puede traducirse como “esclavo” o «deudor». Supone, pues, una relación de pleitesía ante un elemento externo (la droga en este caso), que deviene acreedor de una carísima deuda existencial.
En este mismo sentido, la adicción somete a la persona a una sucesión de cambios a nivel neurológico y conductual (inversión de mucho tiempo y esfuerzo buscando y consumiendo la sustancia) que acaban desposeyéndola de su genuina libertad.
El proceso a través del cual se abandona una historia de consumo no es sencillo, y supone el enfrentamiento con muchas dificultades que deberán sortearse exitosamente. Lo mejor, en este caso, es contar con herramientas útiles a nuestra disposición que hagan el camino más llevadero.
La dependencia a cualquier droga implica la aparición de dos procesos básicos: tolerancia (necesidad de un consumo cada vez mayor de la sustancia para percibir efectos equivalentes a los del principio) y síndrome de abstinencia (malestar ante su ausencia en el organismo).
El craving (o deseo) describe una necesidad acuciante de consumo en el momento en el que nos encontramos ante estímulos que se asociaron con él a lo largo de los años (lugares, personas, etc.). Su participación es frecuente en un porcentaje muy elevado de deslices y recaídas.
Abandonar las drogas no es un proceso fácil, pero también puede ser un camino repleto de satisfacción. Con el fin de contribuir a facilitar y potenciar semejante esfuerzo, seguidamente planteamos 10 claves basadas en la evidencia científica disponible sobre cómo evitar las recaídas en la adicción.
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